Del jueves al domingo he llorado por los siguientes motivos:
1. Mi café con leche vespertino estaba a la temperatura ideal: entre el consuelo y la quemadura.
2. Ví la portada de un antiguo disco de éxitos de Emmanuel donde sale retratado y viril con una bata y pelo en pecho.
3. Me subí a un tren. Era enorme.
4. Victoria Luminosa puso una venta de cochera y me conmovió su espíritu emprendedor.
5. Mini Dancing Queen dibujó un auto-retrato que le quedó impresionante.
6. Mi madre me mandó un correo electrónico magnánimo.
7. Mi padre me envió recado puntual.
8. El lunes me operarán de la muela infame.
9. Fui a un desfile muy concurrido y uno de los carro alegóricos tenía mariposas coloridas.
10. Mi hermano me llamó cachetona. Y dijo la verdad redonda.
No sé si he llorado por las hormonas, por ser sensible o de nervios. El problema no son las lágrimas sino tanto adjetivo suelto.
10 julio, 2014 en 18:55
Tal vez ,y sólo tal vez, hacer teatro haya destapado algún canal para las emociones. Si es esto, entonces no dudes que llorarás a la primera provocación.
Tampoco dudes de tu éxito en el escenario.
9 agosto, 2014 en 17:21
hacer teatro me ha vuelto un manojo de barbaridades emocionales. No dudo del éxito sino de que me alcancen los kleenex, ja.
16 julio, 2014 en 12:59
Mi maestra te hubiera zapeado por adjetivadora, voy atrasada de noticias tuyas
9 agosto, 2014 en 17:21
recibo el zape, orgullosa.