Locadelamaceta

Cultivo letras, voz, y otras plantas de interior.

De albóndigas

1 comentario

Tres vueltas le doy al asunto; desmenuzo, incorporo, y cuando aparece la romería en el ruedo del hervor, me voy. Despego, me evaporo. Ese paseo me sabe a casita en ruinas, a río de gruta. A sudor. A piano. A sudor, pianísimo. A empedrado y malabares, a vestido que es capa. Por equipaje, llevo una cuchara de madera; por si me encuentro otros momentos dentro de los momentos recordados, para las conservas.

Me basta una pizca de ese polvo que guardo en un frasco en mi alacena junto a la estufa. Cuando vuelvo, huelo a lo que no sé pero me fascina.

Viajo en comino.

Autor: locadelamaceta

Blogger Libra en tecnicolor. Vive en California, escribe descalza, le rondan dos hijas y tiene un jardín.

Un pensamiento en “De albóndigas

  1. Quisiera que los olores de mi infancia se pudieran guardar. Pero ¿cómo guardas el olor de un pastel o de una pasta?
    Recuerdo perfectamente el olor de las mermeladas recién hechas y de los pays recién horneados, pero pertenecen al reino del arte efímero.

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