A los 38 años, tomé la decisión de rodearme, únicamente, de relaciones donde hubiera respeto, compasión, creatividad y alegría. Claro, en ese proceso, tuve que desterrar a personas de alta toxicidad.
Algunas de ellas aún se pasan por esta calle a ver si encuentran alguna frase a dónde asirse. No saben que, como me importa estar pendiente de quién me rodea, tengo un detector de direcciones IP que registra quién me lee, a qué hora, en qué ciudad del mundo, cuánto dura su visita. Vaya, es curioso eso: que sean personas desterradas a perpetuidad y todavía quieran leerme. Se me ocurre que lo hacen porque me admiran en secreto o porque, a pesar de todo, les gusta cómo escribo. O quizás me sigan amando, vayan ustedes a saber. El caso es que cuando veo que no respetan el límite de desaparecer de mi vida, me provocan mucha ternura y gratitud: me comprueban su ser tóxico y engrosan las estadísticas con sus clicks.
Hoy, a los 39, estoy celebrando mi elección de ser selectiva en mis relaciones, la que me llevó a nutrir los vínculos que atesoro y a conocer a gente coruscante* con un enorme trabajo personal, con quien aprendo, comparto, dialogo, creo. La selectividad solo me costó trabajo al principio, después se convirtió en un jubileo; me trajo certezas en forma de renovación y el mejor regalo consecutivo de cumpleaños y de la existencia: una vida sin ansiedad. Al fin. *Sigue la fiesta*
*Recién aprendí esa palabra. Adjetivo. Que brilla.
15 octubre, 2015 en 19:32
Felicidades en tu ciclo del calendario con 39 giros totales cumplidos. Que siga habiendo mucho mas de esas letras que transportan . Saludos Michel. Sin olvidar entre ellos los abrazos.
18 octubre, 2015 en 20:12
Qué bonito comentario, Javier. Gracias por tu felicitación. Te mando un abrazote.
16 octubre, 2015 en 13:27
Felicidades Miranda, un gran abrazo.
Y lo coruscante siempre ha estado en ti, se ve aún a través de la pantalla.
Saludos!
18 octubre, 2015 en 20:13
¡Beth! ¡Qué gusto saber de ti! ¿A poco no está preciosa «coruscante»? Amo esta etapa, con sus significados y su gente bienvenida, algunas de hace mucho tiempo. Como tú. Gracias por tu comentario. Recibe un abrazo. 🙂
22 octubre, 2015 en 14:05
Felicidades, espero que estés apenas terminando la tercera parte de tu vida y que el resto sea más coruscante.
22 octubre, 2015 en 14:40
Corrijo:
Que el resto de tu vida sea tan Coruscante como la Era Estelífera del Universo.
5 noviembre, 2015 en 09:51
Ay, dan ganas de escribir nomás por esos comentarios tan requetechulos que regalas. Gracias. 🙂
23 noviembre, 2015 en 11:42
Wow maldición escribes estupidamente genial!! wow me emociona leerte todo el tiempo jajaja 😀
A salud de una vida sin ansiedad !!
25 noviembre, 2015 en 00:06
¿Será que a los 49 todavía se puede? La vida empieza a parecer cortica desde aquí, mejor que si se pueda. Gracias por compartir esa avenida.
3 enero, 2016 en 12:51
Uy, a los 49 estoy segura que es cuando mejor se pone la vida. 🙂 Gracias a ti por pasar por aquí y leer. Un abrazo.
3 diciembre, 2015 en 21:08
No importa el tiempo pues este nunca se detendra, lo importante es el aprendizaje que este nos va dejando mientras transcurrimos en él y el tuyo ha sido de gran calidad y de muchisimo valor.
10 enero, 2016 en 12:08
Gracias, Hombre Nube. El crecimiento también lo aportan las personas que nos rodean: las tóxicas, las sublimes. Pero, sin duda, los amigos —como tú— ocupan un lugar especial en la escuela de la vida.
13 abril, 2016 en 13:12
Coruscante bien podrìa llevar tu nombre en la definición, escribes màs que bonito, ¡Exacto!
16 abril, 2016 en 11:44
¡Gracias por leer, Ana! Un abrazo coruscante.
11 julio, 2016 en 19:56
¿Sabes qué me pone todavía más coruscante, Ana? Acordarme de esos tiempos con los niños en el kinder, hablando de nuestros sueños, de cuando creciéramos. Yo, de escribir. Tú, unos zapatos de tacón. Gracias por estar aquí.