Todos los días trabajo con familias que quieren saber qué hacer en caso de una redada. Veo el insomnio en los padres, conozco a sus hijos; voy junto a ellos mientras me señalan los pedazos de vida que se le han ido cayendo desde el 20 de enero.
Cada día y con más frecuencia me cuestiono cómo se llama este momento. Podría decir que es una época de miedo o de incertidumbre. Sería un cliché, y me quedaría cortísima. Igualmente, cada día y con más frecuencia busco en la poesía. Me encontré este poema, lo traduje y extraje un fragmento para compartirlo aquí. Forma parte del libro «Los tiempos difíciles exigen bailes feroces», de Alice Walker.
Sí. Sé que tienen
el mal hábito de venir a tu puerta
antes del amanecer;
antes de que tu más pequeño se despierte
y esté esperando tu sonrisa matutina;
tu olor a cigarro y manzana.
Sé que si te encuentran
en un camino despoblado,
tenderán a arrojar
sus jeeps subsidiados
y sus tanques blindados
sobre tu cuerpo indefenso
provisto con leña,
y agua chorreando en un bote de plástico,
y ropas viejas del dispensario,
y tu corazón roto que te presionó
a rendirte, lentamente,
y dejar todo lo que fuiste
y eres.
(…)
Este terror no es nuevo.
(…)
Sea lo que sea que está pasando,
quien quiera que lo esté haciendo.
Quiero que sepas,
para que, cuando estés frente a tu momento
(…)
de transformación;
cuando tus lágrimas les resulten divertidas,
y tus esfuerzos por ocultar tu vergüenza,
den risa a los hombres y niños
que se regodean en tu dolor.
Recuerda esto —
dilo, es cierto. Que lo sepas:
mientras ellos ríen,
(…)
esta autora lleva un registro de
este ultraje innombrable
que nos afecta,
humanos, breves,
y que, por eso, si te pasa a ti
nos pasa a todos.
Inútil buscar cómo se llama. Ya lo dice Alice: es innombrable. Quisiera tener algún otro dato útil, el urgente, pero no sé cuándo habrá una redada. Nadie sabe. Sólo nos quedan los cientos de decisiones enhebradas de la resistencia, el todo cuenta, y el compromiso de estar juntos en esto aunque no sea nuevo. Me sumo a la exigencia de los tiempos arduos. Mi baile feroz es acompañar.
17 febrero, 2017 en 15:25
Aunque ya había leído a lo que te dedicas, hoy particularmente me conmueve tu entrada, ya que he estado leyendo las noticias y la manera en que la política y particularmente las autoridades en distintos países ejercen el poder de manera desmedida y sin el menor escrúpulo. Gracias a Dios hay gente muy valiosa como tu, que de manera sutil pero determinante, ejercen un contrapeso contra todas estas situaciones tan poco halagadoras.
Felicidades y que Dios te bendiga.
23 febrero, 2017 en 09:33
Gracias por tu comentario y por tus palabras lindas, Alex. Creo que la mayor valía está en resistir y en crear redes, en ocuparnos de que la provisión de palabras y acciones de aliento esté siempre bien atendida.
Te mando un abrazo hasta Puerto Vallarta.
18 febrero, 2017 en 05:47
Qué difícil, querida. Un abrazo desde este lado de la pantalla.
23 febrero, 2017 en 09:33
Un abrazo para ti, querida Doris. Gracias por leer y por estar. 🙂