Haz memoria.
Adoraste la telita crujiente que envuelve los ajos,
llamó a misa de reciclaje la campana del camión de la basura,
hiciste esculturas de pelusa para las noches de equinoccio
tu radar detectó, primero que nadie, el dron de un sarcasmo;
viajaste en taza estampada y mordida de pan con mantequilla y azúcar,
completaste rompecabezas tuertos abandonados,
contaste grandes secretos frente a la fruta de temporada,
imitaste a las balatas, a las persianas, a las cámaras,
llevaste panfletos de sindicato a los grillos,
cancelaste tu suscripción a las revistas de adoquines,
llovió y sólo llovió,
desempleaste a tu duplicado fingidor de voz en los orgasmos,
dejaron de apostarte en el hipódromo de la furia,
estrenaste cerraduras telepáticas en tu casa de dormir en paz,
no te arrastró aquel río, la melancolía.
¿Cuándo supiste que habías sobrevivido?
La fecha es lo de menos.
21 septiembre, 2018 en 07:53
Me encantan tus imágenes. El hipódromo de la furia… Yei. Saludos cordiales.
21 septiembre, 2018 en 10:43
Fue ayer cuando me llamo un buen amigo y me di cuenta una vez mas que había sobrevivido, conte grandes secretos, la fruta de temporada es un buen amigo quien me confió igual su secreto.
Saludos cordiales desde Ciudad de México.
MJ
23 septiembre, 2018 en 20:43
Supe que había sobrevivido cuando vi su grácil figura, su cuerpo de piel morena, desnudo, sobre la blancura de la sábana, y su pelo negro ensortijado (que me encanta) sobre la almohada…
después de habernos hecho el amor el uno al otro, quizá sin permiso, pero como Dios manda…
y supe que ella era mía para siempre como yo de ella… lo que fuera que eso significara…
14 junio, 2019 en 10:18
La fecha sería lo de menos, sin embargo mi buena memoria me recuerda como y cuando pasaron ciertas situaciones, celebró, a veces cosas mínimas, el crecimiento rectilíneo, progreso quizá.
Sincero saludo
MJ