A veces creo que estoy buscando una razón y el sentido a lo que vivo.
Veo para dentro como si me asomara al escote del diccionario bilingüe que llevo cerca del corazón. Significa, significa— dice el latido.
Escucho para dentro como si pusiera el oído en el centro de una guitarra de llevar serenata a peces y estrellas. Significa, significa— dice el telescopio.
Huelo para dentro como si subiera al segundo piso de casa de mi bisabuela y me detuviera frente a todas las botellas de agua de azahares. Significa, significa—dice la madera.
Toco para dentro como si fuera el segundero del reloj que siempre suena húmedo en las historias que me son íntimas. Significa, significa—dicen los ovarios
Pruebo para dentro como si mandara en la cocina creativa donde se prepara el pan que quita el hambre de compañía. Significa, significa—dice el mortero.
Y termino descubriendo que, mientras vivo, el sentido me encuentra, me invita y, despacio, me devuelve el cuerpo.
30 agosto, 2019 en 07:11
Los sentidos…y la conciencia… y el tiempo …. por que «lo que significa» no se descubre siempre de forma inmediata.
Un abrazo querida Michelle
30 agosto, 2019 en 07:35
Bellísimo! 🌻☀️😍
30 agosto, 2019 en 10:39
Pero qué cosa tan bonita acabo de leer aquí.
Pienso que todos estamos en esa búsqueda de razón y sentido, no importa en qué punto de la vida estemos. Afortunados los que descubren cómo escuchar a su latido, su telescopio, su madera, sus ovarios, su mortero. (Voy a poner más atención, lo prometo.)
Y más afortunados los que podemos leerlo aquí.
Gracias.
30 agosto, 2019 en 13:56
Hermoso. Profundo y tan accesible como las cosas que nos llegan por los sentidos. Lo cotidiano transfigurado. Abrazo de sentido.