Ten estos pedazos de entereza que te miran y sonríen.
En esta hoja en blanco sólo hay colores tímidos.
Voy conmigo. ¿Vienes?
Ternura. Y revoluciones uniéndose a la causa.
En tus párrafos me supe libro.
Habítame. Ya conseguiremos un cuarto.
El cielo quiere ser pared y tocarse los pies.
Por aquí pasó un suspiro y se quitó el abrigo de hubiera.
Toca el timbre del ego del patriarca, y corre.
Los ladrillos, de grandes, quieren ser horizonte.
25 julio, 2020 en 20:49
“En tus párrafos me supe
libro.”
La hoja en blanco se tornó abanico de palabras, chapoteadero de historias, puente para unir tierra y cielo.
¿Y el horizonte? Creció.
Abrazos, Michelle querida.