Hazlo. ¿Quién se va a enterar? Hazlo. Admite tu deseo. Hazlo, deja de fingir, hazlo y ya. Hazlo, caramba. ¿Crees que te sobran los años?
Y, la verdad, qué rico cuando me visita esa tentación. Me gustan las preguntas que plantea, las disyuntivas. Los peligritos en cada encuentro. Cómo todavía, a esta edad, a estas alturas, cargo con la etiqueta de oveja tizón y debo enmendarla, justificar: fue por amor a la libertad.
Hazlo. ¿Quién más te visita? Hazlo, y a donde el alma te lleve. Hazlo, claro que quieres. Hazlo, ¿por qué conservar las apariencias?
¡Ay! Hoy es el día, creo.
Ven.
He decidido convertir mi casa en un taller de creación. Dejar que la máquina de coser ocupe la cabecera del comedor, presidiendo, y con amplio espacio para cortar, confeccionar y armar rompecabezas. Desplegar los frascos con mosaicos, botones, cuentas, listones, piedras en vez de copas, vajillas finas, yadrós, diplomas, méritos. Armar mi cava de pegamento blanco, de madera y de tela para maridar el ensamblado de libros hechos a mano y de collages. Lucir los retazos de tela y papel: reliquias del mira lo que me encontré y del puse atención. Un tocadiscos que alegre los cimientos. La arcilla junto a la máquina de escribir y los diccionarios. Tijeras —en plural y sin reproches—, lupa. Tantos colores de pintura como verbos. Diarios a salvo de ser violentados. Una casa de intentos y todavías, de interrogantes respondidas en sueños, de no saber la técnica: convertirla en viaje.
Parece que me digo que no, loca, por el gusto de discutir con la tentación. Porque esto no fue lo que me enseñaron; todo tiene su lugar y su momento. Crear pertenece a un costurero, a las horas al margen del trabajo que sí importa y vale, a que se note primero, siempre y ante todo que soy una mujer ordenada, muy señora. No vaya a ser que un hombre potencialmente marido llegue a mi casa y se asuste con mi mundo interior expuesto así, y que él no sea el centro. Y yo me quede sola. Más rico es que nadie venga a verme y sólo pasen los monstruos y me cuenten sus relatos endebles.
Sí, hoy es el día.