Locadelamaceta

Cultivo letras, voz, y otras plantas de interior.

Entereza

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El invierno puede ser cálido. Basta ver a la escarcha besando los techos y los jardines y las ventanas; al vaho de las sopas y cafés; a los abrazos durando un poquitito más que de costumbre; a los cuervos tan negros como azules, en cofradía. (Y a la luz. Basta ver a la luz siendo luz. Oblicua, pero luz. Mesurada, y luz. Cojeando, tan luz).

La cuesta de enero, las muertes en tríptico, las neumonías, los adioses, las excavaciones que fracturan los cimientos cercanos: son el invierno conspirando con lo posible, rapándonos los bucles del miedo, haciéndonos rehenes de nuestras pérdidas. De ahí sale el calor: de atravesar el frío, ateridos. Y de seguir.

Somos la estación que mira a la estación, frotándonos las manos.

No estamos rotos.

 

 

 

Autor: locadelamaceta

Blogger Libra en tecnicolor. Vive en California, escribe descalza, le rondan dos hijas y tiene un jardín.

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